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juego, crecimiento y equidad de género

Cada vez avanzamos más para lograr la equidad de género, pero siempre se puede dar un paso extra en la misión. Queremos que tus hijos tengan el mejor desarrollo para ser esas grandes personas que anhelamos. Un elemento clave de su crecimiento –en la escuela, el parque, la casa y en todas partes– es que aprendan el valor de la equidad de género.

En casa, los padres son el ejemplo a seguir, y una fuente de información constante para sus hijos. Entonces, para que ellos puedan transmitirles una buena educación de género, aquí les compartimos 10 prácticas para educar a los más pequeños sobre la equidad de género:

1. Observar y escuchar cómo se relacionan nuestros hijos con sus compañeros y compañeras, para entender los conceptos sociales que manejan, detectar los errores y enmendar su comportamiento. 

 

2. Si hacen afirmaciones categóricas, que pudieran ser prejuicios, hay que preguntarles por qué piensan así. Por ejemplo, si un niño dice que el aseo del hogar es para niñas, hazle razonar ese prejuicio para que pueda eliminarlo. O también, si una pequeña dice que los muchachos no deben ser tan sensibles como las niñas, ayúdales a entender que todos tienen derecho a llorar y mostrar sus sentimientos. 

 

3. Hay que ayudarles a no generalizar, porque eso conduce a los errores sociales.  Cada persona es única e irrepetible; tiene virtudes, defectos y capacidades propias, independientemente de si es hombre o mujer. No porque seamos de géneros distintos tenemos que esperar oportunidades distintas, o demostrar comportamientos particulares.

 

4. Incluye a niñas y niños en las tareas del hogar. Asignales actividades diarias que, antes, se podían considerar cosas “de hombres” o “de mujeres” respectivamente. El cuidado del hogar va más allá del género. 

 

5. Dialoga y debate con ellos sobre lo que aprenden en la escuela, de sus amigos, o hasta de películas, televisión y videojuegos. Así les generas el hábito de conversar y discutir. Además, nos ayuda a entender cómo son, qué ven, qué piensan y cómo se sienten.

 

6. Si ven o escuchan algo que los hace pensar sobre cómo deben comportarse los hombres y las mujeres, responde sus dudas cuando las tengan. No los dejes quedarse con una opinión que, eventualmente, podría impulsarlos a ignorar la equidad de género. 

 

7. Muchos juegos tradicionales no necesitan herramientas, ni tienen roles definidos. Aliéntalos a divertirse con juegos unisex, para que ellos y ellas se diviertan juntos.

 

8. Ellos nos observan y son como esponjas: repiten nuestras palabras e imitan nuestros comportamientos. Ven cómo nos relacionamos con nuestra pareja, con nosotros mismos y con la sociedad. Entonces, dales el ejemplo de la equidad. Evita roles, tópicos, lugares comunes respecto al género. Deja que formen sus propias opiniones desde el respeto hasta la empatía.

 

Los buenos hábitos sólo se aprenden si somos la mejor versión de nosotros mismos; eso es algo que los niños notan y querrán imitar. Enséñales a pensar, criticar, comprender la realidad de nuestro entorno y cambiar lo que no funciona.



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